Los paradigmas de la identidad humana basada en el concepto «raza»
como constructo biológico y/o sociocultural pueden ser cuestionados a la
luz de los datos disponibles sobre las variaciones genéticas
encontradas en la secuencia del genoma humano. Su
secuenciación ha mostrado que somos idénticos entre
nosotros en el
99,6%-99,8% de nuestro material genético. El 0,2%-0,4% restante, que
indica lo diferente en cuanto a las bases nitrogenadas que conforman el
ADN, da lugar a unos diez millones de variantes en características
humanas (referidas, por ejemplo, a color de los ojos, del pelo, forma de
la nariz, etc.), sobre la base de las cuales se explica la
biodiversidad de nuestra especie. La mayor diversidad a nivel del ADN ha sido encontrada en los individuos que mayor proporción de ancestros africanos poseen en su genoma.
Todas estas informaciones derivadas de los resultados del proyecto Genoma Humano
constituyen desafíos actuales para la ciencia y la sociedad, en
relación con la validez de la categoría «raza». La diferencia entre esta
y variación genética humana guía hoy a los investigadores de la
biología hacia la búsqueda de diferencias entre distintas poblaciones en
relación con la salud y la predisposición a enfermedades y, un poco más
allá, la respuesta individual a los medicamentos, en un camino que se
ha denominado «la medicina personalizada».
El estudio de la estructura genética de las poblaciones (también
conocido como mapeo de mestizaje), a través de marcadores biológicos
basados en variaciones del ADN, ha recibido en los últimos tiempos
considerable atención por su valor para dilucidar su historia y su
relación con una particular predisposición a enfermedades de alta
prevalencia y morbi-mortalidad.
A partir de un estudio científico-médico, en curso, sobre mestizaje y
demencia senil, expongo los resultados obtenidos en una muestra de
individuos cubanos que —aunque no deben ser interpretados como
representativos de toda la población del país, por haberse realizado el
pesquizaje en solo dos provincias permitió conocer
cómo está expresada en nuestro genoma la mezcla de las etnias
ancestrales que dieron origen a la población cubana y qué dicen los
genes acerca de nuestro mestizaje.
Además de la utilidad que puede representar para la ciencia médica,
finalidad para la que fue realizada la investigación, esta información
posee, en el contexto de la caracterización del patrimonio genético de
la nación, la intención de contribuir, a partir de la evidencia
científica obtenida, a diferentes estudios antropológicos, etnológicos y
socio-culturales sobre el mestizaje de los cubanos, o a confirmar sus
resultados. Intenta igualmente servir a los investigadores de las
ciencias sociales, intelectuales y personas interesadas en el tema para
continuar alimentando el conocimiento de nuestras raíces e identidad
como pueblo.
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